Año 1945. Poco después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, un fiscal del ejército australiano tiene que juzgar a los responsables japoneses del campo de concentración en la isla de Ambon, en Indonesia, en la que fueron ejecutados cientos de prisioneros de guerra australianos. (FILMAFFINITY)

Brett Sprague es un hombre violento y psicópata, que está en libertad condicional después de cumplir una condena por agresión. Cuando regresa a la casa de su familia y lo observamos a él y sus hermanos, Stevie y Glenn, durante las próximas 24 horas, queda claro que este día no terminará bien.

En Sydney, Harry Mitchell trabaja como conductor de un transbordador, es viudo y un empedernido bebedor de cerveza. Su única preocupación es encontrar una mujer para acabar definitivamente con su soledad. Su hijo Jeff es fontanero, jugador de rugby, también bebedor de cerveza y gay. Los dos buscan el amor por caminos diferentes.

A principios de los 30, en Sidney, la jerarquía eclesiástica se escandaliza ante un grabado del célebre y libertino pintor Norman Lindsay, que muestra a una voluptuosa mujer en inequívoca postura sobre una cruz. Anthony Campion, un joven clérigo recién llegado de Inglaterra con su esposa, es el encargado de convencer a Lindsay para que no exhiba esa obra en una próxima exposición en Londres. Convertidos en huéspedes del pintor, pronto el reverendo Campion y su mujer se verán envueltos en el clima provocador y erótico que impera en el lugar.

Un siniestro policía llamado Murphy, comienza a acosar a un grupo de jóvenes en lo que empieza como un simple juego. En especial se ceba en Jack, pues tuvo enfrentanientos con su padre en el pasado. Cuando al policía le deniegan el tan esperado ascenso por problemas psiquiátricos, le crea un conflicto interno y descarga su frustración en los jóvenes. Lo que había empezado como una especie de juego, se convierte en una noche de terror cuando los jóvenes advierten que Murphy quiere acabar con sus vidas como un auténtico psicópata.